Los Griegos
Los antiguos griegos; digo, los que han trascendido a la posteridad, no lo hicieron por designio divino; no los eligió nadie, ni aparecieron por un capricho del destino; o porque sus progenitores les habían legado una red de contactos e influencias que les facilitaran su devenir.
Trascendieron porque supieron separar la imaginación del pensamiento. Que, aunque ocurran y concurran muchas veces en un mismo espacio y en un mismo tiempo, no son necesariamente lo mismo.
Convirtieron al pensamiento en una disciplina; lo sometieron al mandato del rigor y lo ajustaron a la prueba del propósito, cotejando su validez.
Loa americanos
Los americanos; digo, los gringos, no es que vayan a alcanzar la posteridad; es que no pueden ni siquiera alcanzar al presente.
Han sistematizado sus prejuicios y han convertido sus taras y defectos en doctrina. Si sus mayores responsables de los descalabros que crean en el mundo caen en notorias negligencias, entonces, los sacan silenciosamente del foco público, (Victoria Nuland y Hillary Clinton), y los encumbran a la cátedra universitaria de Relaciones Internacionales para que —para qué va a ser, sino para seguir diseminando en sus nuevas generaciones la perpetuación de los destrozos que ocasionan por el mundo.
Y son infalibles en sus emprendimientos, porque el único escenario en donde someten la validez de sus metas es en los titulares de sus medios de comunicación.
Pero lo que les falta en rigor intelectual y humanidad, les sobra en imaginación.
Se han imaginado que el mundo goza, disfruta y progresa gracias al concurso de dos portentosos bienes económicos internacionales: el dólar y el poderío militar gringo.
Aseveran que, gracias a su moneda, el mundo entero puede comerciar. Y que, gracias a su potencial militar, la humanidad entera ha experimentado la paz mas duradera y fecunda que ha conocido la historia.
Pero las cosas cambian, esos beneficios que han brindado al mundo a cambio de nada, los han dejado exhaustos.
A pagar
Su excelentísimo presidentzuelo, se ha dado cuenta de esto. Y el sacrificio que han hecho tantos soldados y funcionarios del Tesoro estadounidense va a tener su recompensa.
Con este gobierno, el mundo —y en especial el llamado ‘Mundo Libre’— tiene que apoquinarse porque a partir de ahora La Paz y el Dólar, no saldrán gratis.
Quien esto escribe no tiene tanta imaginación. Esto lo pueden leer en la propia página Web de la Casa Blanca, bajo la autoría de un tal Stephen Miran, un cuarentón graduado en Harvard y jefe del Consejo consultivo de asesores económicos del gobierno, además de miembro prominente del Hudson Insitute, uno de los tantos clubes de enchufados a las altas esferas seudo intelectuales de Washington.
Continuará…